domingo, enero 16, 2011

Resultados del III Certamen relámpago internacional de poesía




A TRAVÉS DE LA Casa del poeta José Revueltas de Ixtapauca, Edo. de México, se informa a los participantes en el III Certamen relámpago internacional de poesía Bernardo Ruiz que el fallo del jurado otorga por unanimidad el premio único e indivisible al poemario

Rapsodia a la lluvia

firmado con el seudónimo Dánae

Conforme a la plica de identificación, el autor del trabajo es:

Eduardo Cerecedo

EDUARDO CERECEDO. N. Tecolutla, Ver., 1962. Lic. En Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, Maestría en Letras: Literatura Mexicana. FF y L. Sus poemas y notas críticas, se han publicado en los Suplementos Culturales de los diarios: Excélsior, El Nacional, El Universal, Uno más uno, El Financiero, entre otros. Así como en revistas de literatura: Los Universitarios, Tierra Adentro, Periódico de Poesía, Castálida, Fronteras, Topodrilo, Punto de Partida, El Cocodrilo Poeta, Alhucema, (España), La Casa Grande (Colombia), etc. Ha ganado dos Premios Nacionales en Poesía, así como la Beca de Escritores con Trayectoria en Letras, género: Poesía, por el Instituto Veracruzano de Cultura/CONACULTA/Gobierno del estado de Veracruz en 2002, 2007 y 2009. Actualmente es colaborador de las revistas de literatura Bulimia de camaleones, Letras Independientes, Génesis, y del Suplemente cultural—Del Diario de Xalapa. E imparte el Taller de Creatividad literaria en la FES/IZTACALA-UNAM, El Taller de Poesía-narrativa en el Faro de Oriente. Tiene nueve libros de poesía editados, el más reciente, Nombrar la luz, Las 2Fridas, 2007, y ha publicado su obra poética, narrativa y crítica en cuarenta y tres libros, entre antologías, colectivos y coautorías.


Asimismo, el jurado distinguió con mención honorífica y los propone para su publicación a los poemarios:

  • a) 1978, firmado con el seudónimo William Munny
  • b) Grafismos, firmado con el seudónimo Ana Grama
  • El jurado estuvo integrado por Mariana Bernárdez, Dionicio Morales y Francisco Javier Estrada.
  • La ceremonia de la entrega del premio tendrá lugar en marzo de 2011, y la presentación del libro con los poemarios se se presentrán en lugar, fecha y horario por señalar a través de este mismo espacio.
Agradecemos a todos los participantes su interés por el certamen y reconocemos la generosa participación de cada uno de los miembros del jurado.

Atentamente,
Servando Hernández
Director de la Casa del poeta José Revueltas
Ixtapaluca, E.do. de México, enero 15 de 2011

miércoles, diciembre 08, 2010

Solicitud del jurado

Informa el jurado del certamen internacional que postergará su fallo para el 14 de enero de 2011.

La Casa del poeta José Revueltas agradece a todos los concursantes su participación numerosa para el certamen.

El resultado se publicará en este espacio el 15 de enero de 2011.

martes, junio 09, 2009

Para Enzia Verduchi

foto: http://s3.amazonaws.com/elespectador

Querida Enzia:

Debo felicitarte. En poco tiempo hiciste mucho y lo hiciste muy bien en la Coordinación Nacional de Literatura. 

Tuviste la sensibilidad para respetar a los autores, para conservar espacios, y para proyectar nuevos escritores; independientemente del desgaste constante que implica cumplir el calendario de muertos, muertos-vivos, vivos, más vivos y aniversarios. En todo momento una gran dignidad y siempre sin protagonismos. Felicidades, reitero. Es un montón de aciertos.

De modo que ya tendremos tiempo para comer, para continuar una amistad que rebasa burocracias y disputas estériles, celos o insidias y varios etcéteras. 

Cuenta como siempre con mi cariño y amistad, ahora junto con una mayor admiración y con todo el respeto que te mereces. Sigo, como siempre, a tus órdenes.
Un fuerte abrazo.

viernes, junio 05, 2009

Pregunta

Tengo la impresión de que en México se vive a diario con la pregunta ¿me tocará hoy ganar la lotería del diablo? Y en respuesta, un estremecimiento, un escalofrío. Y todos lejos.


jueves, mayo 21, 2009

Una página de Moriarty




En el 150 aniversario del nacimiento de Arthur Conan Doyle


Geometrías del profesor Moriarty


FUE DIFÍCIL convencer a Arthur: ciertamente odiaba a Mycroft, su inteligencia lo deslumbraba, pero su vocación para la inmovilidad y su alianza con la ley del menor esfuerzo le parecían lacerantes a Conan Doyle. Aceptó trabajar para mí, y demostrar la ventajosa proporción de mis habilidades.

Con él no servía la adulación: toda alianza debía considerarse como una partida de ajedrez, un renovado reto a cada paso. No era una cuestión monetaria, sino de talento. Había por ello que mover otros engranes: Sherlock era una pieza ideal: era un poco menos que Mycroft, incluso en el peso; era más vicioso que Mycroft, y no era un mediano aficionado a la música; bastante mediano, estoy seguro. Aunque su inteligencia era muy semejante. Doyle lo hizo ejemplar. Pobre. Y se puso a observarlo.

Por otra parte, existía un fuerte contraste en nuestras vidas: ni los Holmes, ni yo —Moriarty—, teníamos que velar por una mujer ni por una familia. Conan Doyle, sí. Eso implicaba compromisos, ceder a las presiones económicas. Lástima por él. Fue el instrumento de nuestros odios.

A su vez, Sherlock Holmes le causaba a Arthur alguna molestia: el desprecio que exudaba por la medicina. De ahí que hubiera que propiciar complejos rompecabezas para que los Holmes y Doyle aceptaran cada reto. Por suerte, los policías gustan mostrarse torpes o estúpidos. Se conforman con justificar medianamente su salario e ir tirando,

Y bien, Conan Doyle era un crédulo: basta asomarse a sus páginas metempsicóticas, a su imaginación en torno a mundos imposibles. Nada propio para quien sólo encuentra las certezas a través de la inducción o del método científico.

Me glorio por tanto de haberme desecho de Mycroft. De haber utilizado a sir Arthur Conan Doyle para desplazarlo. Me gusta que todo mundo lo mire para abajo cuando cita: “Elemental, mi querido Watson”.

Me glorío de mi talento por el mal que ha demostrado ser tan atractivo que no hay gobernante que deje de imitarme o de invocarme, así sea subrepticiamente. Soy en verdad, el maestro.

Hay sin embargo un crimen que cometí y no se me imputa. El asesinato de Sherlock Holmes, quien verdaderamente encontró su muerte al fondo de la catarata —en tanto yo cambié de apariencia, cambié de modus operandi y le dejé a Conan Doyle la posibilidad de continuar a solas con mi obsesión.

Desde entonces todos piensan que Reichenbach fue mi fin. Quien lea con cuidado, comprenderá la verdad. Te he vencido Mycroft. Adiós, Sherlock. Feliz cumpleaños, Arthur sir.